La mayor parte de las explotaciones frutales dispone de un programador en el que semanalmente se fija el día y la duración del riego, generalmente, en base a cálculos empíricos de la evapotranspiración del cultivo (ETc, Allen et al., 1998). La consideración de estrategias de Riego Deficitario Controlado, RDC (Ruiz-Sánchez et al., 2010) junto a la información proporcionada por sensores que monitorizan el contenido del agua en el suelo (Vera et al., 2019) han permitido la creación de protocolos de riego eficientes y autónomos en nectarino sin repercutir en la producción ni en la calidad de la cosecha, suponiendo un ahorro del 40% de agua de riego y un aumento en la eficiencia del uso del agua del 34%, comparado con la programación tradicional basada en la ETc (Conesa et al., 2021).
El desarrollo tecnológico actual permite concebir el término emergente de biosensor, que monitoriza información relativa a indicadores del estado hídrico de las plantas. Entre ellos destacan los sensores de flujo de savia, dendrómetros (para medir las fluctuaciones del diámetro del tronco) y termo-radiómetros (para medir la temperatura de la copa de los árboles). El reciente desarrollo de los microtensiómetros (MTs) para la medida en tiempo real del potencial hídrico de tronco (?tronco) se postula como alternativa a la medida discreta del potencial hídrico de tallo (?tallo), indicador tradicional y estándar del estado hídrico de las plantas, obtenida con cámara de presión (Shackel et al., 1997). Sin embargo, hasta la fecha, pocos estudios han evaluado la idoneidad de los MTs en condiciones de campo (Blanco y Kalcsits, 2021; Pagay, 2022).
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