La patata (Solanum tuberosum L.) es un cultivo de importancia mundial, siendo España el octavo productor de la Unión Europea, con casi un 5% del valor de la producción europea en el año 2021, y una superficie total cultivada de 65.966 ha (MAPA, 2021). El mayor porcentaje de plantación de patata es en regadío mientras que un tercio es en secano. La región de Murcia y en concreto el Campo de Cartagena ha sido históricamente una zona de producción de patata, pasando de las 278 ha en el 1971 a las 3.134 ha en el 2022 (CARM, 2022). El mayor aumento de superficie cultivada ha tenido lugar en los últimos 10 años, con casi medio millar de explotaciones, que se dedican principalmente a la patata temprana. Además, el Campo de Cartagena es la zona de producción más extensa, ocupando el 70% de superficie respecto al total en la región de Murcia. La producción ha aumentado, situándose en torno a las 175.000 tn de media en los últimos 4 años, que por la excelente calidad del producto ha permitido que el destino mayoritario sea la exportación.
En regiones áridas el manejo adecuado e integran del agua y los fertilizantes es crucial para el rendimiento y calidad de la patata (Jama-Rodzenska et al., 2021; Montoya et al., 2016). Por su parte y entre los fertilizantes, el nitrógeno es el nutriente más limitante para el crecimiento de la patata, y una fertilización nitrogenada adecuada puede mejorar significativamente la calidad y el rendimiento del tubérculo (Errebhi et al., 1998).
En este estudio se investiga cómo la combinación de dosis y frecuencia de fertirriego afecta la producción de biomasa vegetativa y de tubérculos en patata. El objetivo es evaluar el efecto de estos factores en la producción de biomasa vegetal y de tubérculos y la eficiencia en el uso de agua y nitrógeno.
¿Te interesa? Descárgate gratis el artículo completo: