Según explica la secretaria general de la Asociación Nacional de Fabricantes de Fertilizantes (ANFFE), Paloma Pérez, es aquel que tiene una estructura adecuada, suficiente biodiversidad microbiana y capacidad para aportar nutrientes y agua. “La salud del suelo afecta directamente al crecimiento de las plantas y es fundamental para el desarrollo de una agricultura sostenible y para garantizar la seguridad alimentaria”, subraya.
En su opinión, la salud del suelo se está viendo enfrentada a varios retos, entre los cuales “podemos destacar la degradación, que implica la pérdida de la capacidad del suelo para realizar sus funciones, debido a factores tales como la erosión, la salinización, la desertificación, la contaminación, la acidificación, la compactación y la pérdida de nutrientes o de la biodiversidad”. “Además, la degradación de los suelos puede contribuir al aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero y reducir su capacidad para almacenar carbono”, advierte.
¿Te interesa? Descárgate gratis el reportaje completo: